La persona es un nawal. Mujer y hombre es una síntesis
cósmica: planta, animal, mineral y energía cósmica, somos el universo; La persona es uno dentro de la red de la
relacionalidad cósmica. El ser humano es escuchador en el sentido de observador
y obediente cósmico.
La gente es parte integral e integradora de la racionalidad
cósmica, en cierta manera repite
simbólicamente lo que en lo grande
garantiza el orden universal.
Esta repetición implica que mujer y hombre son sagrados. Las
funciones se manifiesta de muchas maneras: Como Ajq’ij conocedor, interpretador del tiempo. Como
agricultor guardián y responsable de la base de la vida y los fenómenos
naturales, de la seguridad alimentaría, manejo ambiental. Como pareja restituye
el orden cósmico y como ente fecundo establece lazos entre las generaciones y
contribuye a la conservación de la vida. Convivencia armónica que desarrollaba
la sociedad andina con la naturaleza.
Esta es la base de la comprensión de la vida comunitaria.
“El sistema de calendario de Mesoamérica mide a la vez las
recurrencias del tiempo social y las del destino individual. Fija el tiempo de
las celebraciones y de las crisis espirituales; además, permite al especialista
en materia religiosa predecir el futuro
del hombre, interpretando los signos de los días y de los números con que están
asociados. (Eric Thompson) asegura que los mayas concebían el tiempo como “un camino
sin fin” y que cada período correspondía a un “trozo de aquel camino infinito”.
“Los mayas concibieron las divisiones del tiempo como pesos que cargadores
divinos llevaban a través de la eternidad...Las cargas eran conducidas sobre la
espalda utilizando un mecapal apoyando en la frente”
El calendario maya comenzó a contarse a partir del 4
Ajaw 8 kumk’u (4 Ajaw, día de la deidad
del sol, es creación), que se expresa: 13.0.0.0.0., esto se puede ver en una
estela de Quiriguá y equivale al año 3114 a. e., es una de las recreaciones del
mundo.
Los guías se ocupaban
del conocimiento e interpretación de las
diferentes formas de medir el tiempo. Algunos dominaban el conocimiento del
sistema calendárico y esta era la ciencia más importante. En la actualidad el
guía espiritual maya es llamado Ajq’ij El que maneja el tiempo, el del sol, el
que trabaja con los días del calendario sagrado o sea calcula el tiempo solar.
Los mayas acomodan todos los actos de su vida a la sucesión de los días
considerados como deidades vivos y se ajustaban a las típicas influencias
favorables o malévolas que les atribuían
Los mayas tenían nombres y glifos específicos para
representar un total de veinte días, pero los numeraban de uno a trece, esto es
lo que se llama Cholq’ij que ha sido transmitido de generación en generación
por vía oral, con algunas modificaciones cuando así lo ha ameritado.
Cada uno de los 20 días tiene su Nawal, AJAW o su dueño,
quien ejercía influencia sobre las personas que nacían en dicho día. (Morley)
cuenta que el hombre o mujer maya celebraban el día de su cumpleaños, no según
el año trópico, o sea el día del mes en que había nacido, como lo hacemos
nosotros, sino según el día del Cholq’ij en que había venido al mundo.
El Nawal de su día es su
protector más poderoso. Generalmente
las personas tomaban su nombre del día del Cholq’ij en que nacían.
Si nos damos cuenta en la actualidad todavía queda en su
mayoría los nombres de los 20 nawales en apellidos, por su puesto con la
reinvidicacion de la cosmovisión y en practica de la espiritualidad maya muchas
familias a sus hijos ya cuentan con nombres ya sea del cholq’ij, nombres que
encontramos en el pop wuj, xikin neja’ib’, anales de los kaqchikeles, chilam
b’alam. incluso hay nombres sobre todo de niños de la nueva generación creados o
fusionados de un idioma maya con otro nombres mayas o con el idioma nahuatl, esto da origen a un
nuevo neologismo dentro de la cultura maya.
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